Infinite

Mi personaje no es ser tú, es ser yo


Mi personaje no es ser tú. Como tú, gran triunfador. A mí me gusta contar las infamias de las cosas. Lo anodino. La cualidad de perdedor. Hasta dejar cualquier personaje.

Eso no gusta. Porque no pertenezco a ninguno de los dos extremos.

No tengo una historia especialmente truculenta que contar, de las de guerras ni miembros humanos tirados por la calle. Es una historia más bien fea, pero dentro de la normalidad. Tampoco estoy en el otro extremo, a saber: no soy especialmente rica, no salgo en las revistas, no estoy buena (código estándar). Soy normal.

Ni siquiera estoy a la mitad de conseguir algo. Y además, con mi nombre (y apellidos) ya hay otras muchas personas:
  • periodista y ejecutiva del grupo La Opinión (el clímax total, he trabajado en un periódico que se llama igual pero al otro lado del charco)
  • productora de cine / actriz
  • fotógrafa
  • bailarina y coreógrafa.
Hay más (atletas, abogadas) pero me llaman poderosamente la atención las de arriba. Señoronas ya. Y antes o después, he estado dedicada a todas esas cosas. Lo que no encuentro en ningún sitio es nadie homónimo que haya tenido dolores cerebrales con la escritura. Aún queda una esperanza.

No creas que por contar cosas en el blog todos los días tienes que leerme. Ni que las considero importantes (por muchos enlaces que ponga por todos sitios).

No me importa el contenido, me importa el acto: la acción es escribir, por lo tanto, es importante. Si no te gusta, clic en el aspa arriba a la izquierda/o a la derecha (según sistema operativo).

Revisando un listado de enlaces, he leído una tremenda chorrada sobre la nueva tarea del escritor para hacerse a sí mismo en la blogosfera. Una perorata absurda sobre construcción de un personaje. Qué personaje ni qué ostias, señores. En la red eres lo que eres, aunque ni tú mismo lo sepas. Puedes tener un blog con seudónimo, donde vomitas sobre el mundo. Cosas horribles. Políticamente incorrectas. Oh, pero luego el escritor no es así, pobrecito, si es tranquilo y nada transgresor.

Mentira todo.

Si bufas de esa manera al mundo, en el inconsciente que te niegas tienes a ese yo escondido.

Si te despelotas enseñando churro, eres un exhibicionista que tiene miedo a salir a la calle en bolas por el qué diran. O que te hace falta urgentemente un desahogo.

Etc.

Si yo me quejo tanto aquí por amargura, es que estoy amarga (y lo he escrito bien) porque la literatura me está devorando viva.

O ella o yo. 
O escribo, o me muero.

Sin embargo, hasta ahora, he sido una auténtica estúpida incapaz de hacerme cargo de esta tarea a pesar de su gravedad homicida.

Entonces me doy cuenta de que este mundillo tiene el mismo fango que me he encontrado en todo lo demás. No conozco a nadie. No tengo ningún puto premio literario de los cojones. No me he molestado que me publiquen ni en la más triste revista cultural.

No tengo nada importante que decir. Cuando leo a otros autores, soy lectora. Traté de leer algunas recomendaciones de figuras desde la perspectiva de escritor, mira las tramas, mira el uso de no sé qué. El resultado es que por mucho dioses de la literatura que fueran, las obras así leídas me han parecido una auténtica basura indigesta. Cuando leo, soy lectora. Punto.

Dejad de aconsejarme que lea desde la posición de escritora.

Encuentro otra cosa que no sé hacer: no sé citar/plagiar a nadie. Cuando menciono el nombre de alguien (véase Baudelaire en el post del domingo) es más por un aspecto bien conocido de su vida que por algo concreto que escribiera.

Me da asco.

Cuando entrevistan a cantantes, ¿a qué no se ponen a citar canciones de otros artistas?

Cuando entrevistan a deportistas (a excepción de algo concreto, dedos en un ojo o cosas así) ¿a qué no se ponen a hablar de los goles marcados por otros, ni de lo mucho o poco que admiran al delantero de tal equipo del que toman inspiración?

Entonces me pregunto: ¿POR QUÉ COÑO LOS PUTOS ESCRITORES DE ESTE PAÍS LLENAN SUS ABURRIDAS ENTREVISTAS CON ABURRIDAS CITAS y COMPARACIONES CON ESTE AUTOR Y EL DE MÁS ALLÁ?


No puedo soportarlo. 
Yo soy yo, nada más. Me da igual si alguien escribió lo mismo antes, o lo escribirá después. Esto es mío.

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Recuento significativo de NO en el post = 23.
Mil millósenima parte de los que he recibido hasta ahora.
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