Ahora por aquí (¡
zas!) y ahora por allá (¡
tracatrá!). Pimpán, pimpán. A este paso, las reseñas de
Ejército Enemigo no se acabarán en la vida. Los críticos, cada vez más verdes de envidia, esparcirán sus rebuznos por el ciberespacio -nuevo campo de batalla, lo que va a quedar con tanto cierre de prensa-. Y a esto, vía también ciberespacio, Olmos responderá comiéndoselos vivos de un simple manotazo. Más impulso al bucle: los lectores fieles querrán hijos suyos, los críticos rabiosos encontrarán nuevas "perlas" para seguir farfullando otro poco.